A menudo se oye hablar de las bolas chinas, esas cosas que venden en los sex shops, como algo que aumenta el placer en las relaciones sexuales. Pero también sirven para fortalecer el suelo pélvico y recuperarse en caso de incontinencia urinaria y en el postparto.

Las bolas chinas son un aparato de uso vaginal que consta de una o dos bolas en cuyo interior hay otra bola con peso que produce vibración al movimiento. Esta vibración genera un estímulo importante en las paredes de la vagina que favorece la contracción de sus paredes y de la musculatura del suelo pélvico. Hay muchos tipos de bolas diferentes, en función de las necesidades de cada persona; porque no es lo mismo una mujer joven que nunca ha estado embarazada, que una mujer con varios hijos o en la menopausia. El tono de la musculatura varía, y la fuerza también. En mujeres que nunca han dado a luz pueden utilizarse bolas más finas que en mujeres en postparto, que necesitarán bolas más gruesas y con mayor capa de silicona para mejorar la adherencia. Respecto al peso, lo mejor es empezar sólo con una bola y progresivamente ir aumentando el peso. Hay modelos de una bola sola, de doble bola, y otros en los que se pueden variar el número y el peso de las bolas.

No todas las personas pueden usarlas. En prolapsos importantes o en gente con hipertonía no es recomendable su uso. En el primer caso, porque el peso empeora el problema de la caída de órganos, y en el segundo porque puede producir dolor si la musculatura está demasiado tensa.

A la hora de utilizarlas, hay que seguir una progresión de fácil a difícil.
Igual que a nadie se le ocurre ir con una pesa de cinco kilos en el brazo por la calle, ponerlas e intentar andar o correr con ellas directamente no tiene sentido.
Antes de empezar a utilizar las bolas chinas, es importante mantener una buena postura, aprender a respirar correctamente y hacer los ejercicios de Kegel. Con las bolas siempre se empieza en posición tumbado boca arriba, y se pasa progresivamente a posición tumbado de lado, cuatro patas, sentado y, por último, de pie. Se buscarán contracciones en las que se siente como la musculatura abraza y eleva la bola hacia dentro y arriba, siempre acompañadas de una espiración en la que se lleva el ombligo dentro y arriba.

Al principio no es recomendable mantenerlas puestas más de diez minutos, luego, se puede ir aumentado el tiempo progresivamente. La musculatura del suelo pélvico se fatiga con facilidad, por eso hay que respetar tiempos de contracción y reposo.

Las bolas también se pueden utilizar en combinación con la gimnasia abdominal hipopresiva, para potenciar sus efectos.

En KINÉ nos adaptamos a las necesidades de cada persona para enseñaros un programa de fortalecimiento del suelo pélvico con y sin bolas chinas, que sirve para prevenir y tratar la incontinencia urinaria y los prolapsos hasta grado dos.