A menudo oímos hablar del suelo pélvico y de su importancia para prevenir problemas de incontinencia urinaria y para mejorar las relaciones sexuales. Pero, ¿qué es exactamente el suelo pélvico y para qué sirve?

De forma general podemos decir que el suelo pélvico es el conjunto de músculos que recubren la parte inferior de nuestra pelvis, desde la parte inferior del pubis hasta el cóccix, y lateralmente en las tuberosidades isquiáticas y en la fascia de los músculos obturadores, cumpliendo una función de sostén de las vísceras pélvicas. Tanto hombres como mujeres tienen suelo pélvico, pero hay grandes diferencias entre ambos debido a las variaciones anatómicas de los sistemas reproductores en ambos sexos.

Podemos distinguir dos zonas diferenciadas: el plano profundo y el plano superficial:

  • El plano profundo tiene musculatura de contracción lenta y su función principal es la de mantener las vísceras en su sitio y la continencia. Está formado por músculos longitudinales (que van en sentido delante-atrás) como el elevador del ano y el elevador del ano y la vagina en las mujeres, y por músculos transversales (en forma de triángulo), como el transverso profundo, éste último más desarrollado en el hombre que en la mujer.

Entre ambos planos, en una zona media, se encuentra el esfínter estriado de la uretra, con gran importancia en la continencia.

  • En el plano superficial encontramos músculos más pequeños de contracción rápida cuya función está destinada a las relaciones sexuales, ya que moviliza y ayuda a irrigar el clítoris y las glándulas que mejoran la lubricación en el caso de las mujeres, y tiene un papel importante en la erección en el hombre. En el plano superficial se encuentra también el esfínter externo del ano, que es el músculo voluntario que permite la continencia fecal.

El suelo pélvico en conjunto tiene forma de hamaca, y junto con la aponeurosis pélvica, conforma el diafragma pélvico. Su función está relacionada con el funcionamiento de los abdominales, las estructuras lumbares y los movimientos del diafragma, ya que entre todos forman un conjunto que recuerda a una caja donde los laterales son los abdominales y las lumbares, la parte baja es el suelo pélvico y la tapa, que queda abierta, es el diafragma. Por este motivo, para tener un suelo pélvico fuerte es necesario encontrar el equilibrio entre la respiración, la musculatura abdominal (sobre todo el transverso del abdomen) y la musculatura posterior de la zona lumbar, del mismo modo que una buena postura.

En KINÉ realizamos tratamientos específicos para personas con problemas de suelo pélvico, en sesiones tanto individuales como grupales, para prevenir y mejorar la incontinencia urinaria y para recuperar la fuerza y el equilibrio de toda la pelvis. Es muy recomendable en todas las edades, pero principalmente en postparto y en la menopausia.