Durante los tres primeros años de vida, el niño desarrolla enormemente sus capacidades motoras, sociales y de lenguaje. En el primer año, el bebé aprende progresivamente a gatear y andar desde la posición boca abajo; y a manipular los objetos desde las posiciones de sentado y boca arriba. A nivel social empieza a distinguir a los miembros de su familia de las personas extrañas y a extrañar a sus padres cuando éstos tienen que marcharse durante un momento. El lenguaje pasa de ser un llanto indeterminado a llantos selectivos, balbuceos, y la aparición de las primeras sílabas y bisílabos sin sentido hasta entender varias palabras y ser capaz de emitir algunas.

Progresivamente, con el paso del tiempo ya través del juego, el niño comienza a desplazarse de forma independiente, a tomar conciencia de su cuerpo y del mundo que le rodea, y cada vez interactúa más con él. El lenguaje mejora y el niño entiende y se hace entender.

Entre el final del primer año de vida y el primer trimestre del segundo, el niño generalmente comienza la marcha y cada vez va ganando más estabilidad hasta conseguir agacharse y ponerse de pie sin apoyo. Comienza a hacer garabatos y coge dos objetos con la mano. Se entretiene haciendo torres de dos cubos. Son capaces de entender órdenes simples y de señalar partes de su cuerpo. Indican lo que quiere con gestos y sonidos, comen solos y empiezan a utilizar la cuchara (aunque no la domina). Les gusta imitar tareas.

En torno a los 18 meses, puede subir y bajar escaleras cogido de la mano y darle patadas a un balón sin caerse. Poco a poco empieza a ser capaz de saltar sobre ambas piernas. Hace torres con más piezas y pasa las hojas de un libro. Insiste en hacer las cosas él solo, como comer, y avisa cuando se moja el pañal. Da besos y abrazos e imita las tareas cotidianas. Comienza el juego simbólico. Cumple órdenes sencillas y comienza a decir “no”. El vocabulario cada vez es más amplio.

Al cumplir los dos años, normalmente corre y coge objetos del suelo sin caerse, juega a la pelota sin perder el equilibrio y sube y baja escaleras solo, de escalón en escalón. Desenrosca tapas, pasa las hojas de los libros una a una y es capaz de hacer líneas verticales y horizontales. Comienza a hacer frases de un par de palabras y a usar pronombres. Casi siempre va seco por el día, se lava las manos y juega cerca de otros niños.

Durante el tercer año de vida, el niño aprenderá a bajar escaleras con un pie por escalón, a saltar sobre un pie y a lanzar la pelota con las manos. Sus dibujos serán cada vez más reconocibles, y progresivamente será capaz de copiar objetos simples como cuadrados y círculos y dibujar personas esquemáticas. El vocabulario será cada vez más amplio, y preguntará con frecuencia el significado de las palabras y el por qué de las cosas. Las frases serán más largas y la gramática bastante correcta. Es capaz de narrar sus actividades diarias y aprende a vestirse y desvestirse. Disfruta del contacto con otros niños y juega con ellos.