
Reflejos primitivos
Los reflejos primitivos se basa en unos ejercicios rítmicos y suaves que se hacen de forma activa y pasiva en el niño para estimular distintas partes del cerebro y mejorar su desarrollo neurológico y motor.
Se realiza una evaluación de los reflejos integrados en el niño y a partir de ahí se proponen unos ejercicios que se enseñan a los padres y que se realizan en el domicilio durante una media de 10-15 minutos al día. Se realizan evaluaciones periódicas de la evolución del niño para modificar el trabajo en función de sus necesidades.
Esta terapia está indicada en niños que tengan alguno de los siguientes síntomas: poco equilibrio, poca coordinación, malas posturas, problemas de atención y concentración, dislexia y dificultades de aprendizaje, lenguaje pobre, mala escritura, andar de puntillas, escoliosis, problemas de comportamiento, miedos, timidez o agresividad, hiperactividad, hipersensibilidad a los estímulos, problemas para controlar esfínteres.